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Ayudar al bebé a dormir más horas por la noche

Hace unos días estuve haciendo limpieza en el ordenador y encontré un documento que había titulado “Ayudar al bebé a dormir más horas por la noche” así que, claramente, por aquel entonces me preocupaba el tema.

Soy bastante concienzuda por lo que cuando quiero aprender sobre algo siempre busco e investigo, leo opiniones de expertos, libros y después me hago una “chuleta”, como esta que he encontrado, con las cosas que me han parecido interesantes. Pero también intento que no me llenen la cabeza de pájaros ni me líen más de lo que estoy, así que solo me quedo con las ideas que me parecen más sensatas, factibles y, por supuesto, que podamos aplicar porque, por encima de todo, cada bebé, cada mamá o papá, cada familia, es única y no todo sirve para todos.

Pues bien, del tema “Ayudar al bebé a dormir más horas por la noche” estos son los tips que me quedé y que aquí os dejo. Con todos ellos lo que se trata es ir acostumbrando al bebé a que la noche es para dormir:

Diferenciar entre la alimentación nocturna y la diurna. Por la noche no debes encender ninguna luz (y si es inevitable, que sea lo menos molesta posible), no pongas la tele ni nada que haga ruido, no hables y no hagas nada que pueda espabilar al bebé. Esto puede parecer algo obvio, pero a nosotros nadie nos lo dijo hasta que lo descubrimos solos. Nos hizo pasar alguna mala noche hasta que descubrimos que lo que le pasaba al bebé es que le espabilábamos y luego no podía coger el sueño y, además, ya sabéis, un bebé que no ha descansado bien por la noche puede ser un bebé irascible por el día. Respecto a la alimentación diurna, pues todo lo contrario. Ha de ser más tipo social, con luz, con los ruidos normales del día a día…

Diferenciar entre las siestas diurnas y el sueño nocturno. Los bebés duermen varias siestas a lo largo del día y estas deben ser con luz, con los sonidos normales de la casa, de la calle o de donde esté e incluso, si estás en casa, no hace falta que duerma en su habitación, puede hacerlo en el sofá (siempre bien protegido con cojines para que esté seguro y no se caiga), en un serón o cuna auxiliar… Por el contrario, por la noche se deben crear rutinas, dormir en su cuna, en una habitación sin luz e intentar, en la medida de lo posible, que haya poco ruido. Esto es muy fácil decirlo pero dependiendo del tamaño de la casa, de lo cerca que esté la habitación donde duerme del salón donde seguramente estés viendo la tele, de los habitantes que tenga la casa, etc. no siempre es tan fácil llevarlo a rajatabla, pero bueno, se trata de que tenga un ambiente tranquilo y oscuro para dormir para que sepa que ha llegado la noche y, por lo tanto, la hora de dormir más horas seguidas que por la noche.

Controlar el tiempo de las siestas. Cada niño tiene sus patrones de sueño bastante definidos. Los hay que duermen varias siestas al día, otros que pasan el día entero prácticamente despiertos, unos que duermen 8 horas seguidas de noche y otros que nunca duermen más de tres seguidas en todo el día. Cada niño es un mundo y no se puede obligar a que cambie sus necesidades porque a nosotros nos venga mejor. Si tiene sueño, tiene que dormir y nuestra obligación es cubrir sus necesidades, por su bien y por el nuestro propio, porque todos los que somos padres sabemos qué significa un bebé o un niño cansado 😉

A esto hay que añadir otro factor y es que un niño de un mes no duerme lo mismo que uno de cuatro ni uno de dos años. Pero en rasgos generales podríamos decir que ya sea un bebé o un niño, no debe dormir más de tres horas de siesta. Las siestas son periodos de sueño cortos y para dormir muchas horas seguidas está la noche.

Cuando ya son un poquito más mayores (a partir del año y medio o así) otra cosa que nos ayudará es intentar que lleve unos horarios que hagan que la siesta que duermen después de comer (de entre una y tres horas) le permita estar despierto antes de las 16h. De esta forma puede merendar a una hora razonable, jugar toda la tarde, bañarle después y por último cenar y estar durmiendo antes de las 22h (muchos padre dirán que las 22h es tarde pero nosotros, sinceramente, no hemos conseguido nunca –salvo contadas excepciones- que se duerma antes de esta hora).

Ayudarle a seguir su reloj biológico. La verdad es que este tema lo hemos discutido en más de una reunión familiar o con amigos y Alfonso (mi marido) y yo que, afortunadamente, tenemos la misma forma de pensar, muchas veces no estamos de acuerdo con lo que hablamos con otras personas. La “discusión” más típica es cuando nos dicen que a los niños hay que acostumbrarles a hacer unos horarios que nos convengan y no estamos de acuerdo. O, al menos, en nuestra experiencia no ha sido así. Alfonso nuestro hijo siempre ha tenido sus rutinas, sus horarios y siempre han estado impuestos por él. Esto no quiere decir que le dejemos hacer lo que le da la gana pero sí quiere decir que él ha sido quien se ha ido “haciendo a sí mismo”. Cuando era un bebé se despertaba sobre las 9,30h y siempre, siempre, siempre, estuviese donde estuviese y fuese el día que fuese, a las 11h dormía una siesta.

¿No os ha pasado nunca que no lleváis reloj y por lo que hace vuestro hijo sabéis perfectamente qué hora es? Pues esto es lo que defendemos nosotros. Insisto, al menos en nuestro caso ha sido así.

Ayudarle a crear sus propias rutinas según sus necesidades le ayudará también a establecer pronto una organización del día.

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